Wednesday, March 19, 2008

Festival de Tennessee Williams, Nueva Orleans


Hace más de diez años estaba en San Antonio Texas, visitando a una amiga de mi madre: Doña Conchita vivía en una casa llena de antigüedades chinas, tenía unos ochenta años, viuda, había estado casada con el representante de Johnson&Johnson en Asia, un mexicano, yucateco como ella. Por si eso fuera poco, Doña Conchita había crecido en una hacienda enequenera en la península de Yucatán y tenía formidables historias sobre un ferrocarril que atravesaba la propiedad de su familia.

Me recordaba un poco a un personaje de esos que se han plasmado en la literatura y el cine del sur de los Estados Unidos. Me recordaba un poco a un personaje que aparece en la adpatación al cine que Alfonso Cuarón hizo de Great Expectations, novela de Charles Dickens. En la versión de Cuarón, Anne Bancroft personifica a una Ms. Dinsmoor que canta "Besame Mucho" y baila recordando un glorioso pasado. La historia es adapatada a la Florida de los 90 por Cuarón. La locación utilizada para la casa de Ms. Dinsmoor es Ca d'Zan, una vieja mansión en Sarasota Bay que perteneció al cirquero John Ringling. Lo cuál le da un toque sureño a la película muy estilo Loussiana.

Aunque en el sur, San Antonio no es una ciudad cultural como Nueva Orleans. Actualemnte es popular por estar cerca de la frontera y ser un lugar para ir de compras, hacer "el shoping". En esa ocasión, había viajado con mi madre y mi hermana para hacer lo propio. Sobra decir que además era un placer poder hospedarse en casa de Doña Conchita y escuchar sus historias.

En aquel año de 1997 amazon.com gozaba de una corta vida. Como recién iniciado no estabamos seguro si debía confiar al Servicio Postal Mexicano con un encargo de libro. A la fecha mi relación con el comercio elctrónico y SEPOMEX ha funcionado, aunque no ha estado excenta de malas experiencias.

En aquel viaje a San Antonio TX, necesitaba algunos libros sobre China. Ese verano debía volver a la Ciudad de México para tomar un curso sobre el Este de Asia en la universidad. Doña Conchita nos prestó (a mi mamá, a mi hermana y a mí), una vieja camioneta Dodge de 8 cilíndros para ir a Austin en busca de dichas obras académicas. En expedición punitiva viajamos a la capitlal del estado sin éxito. Ninguna de las librerias que encontramos alrededor de la Universidad de Texas, que no fueron muchas, tenía esos libros.

Regresamos a San Antonio donde me dí a la tarea de buscar alguna librería descente. En Austin solo había encontrado libros de texto y manuales de jardinería. En San Antonio, para mi sorpresa, encontré varias librerías de libros raros y usados en la Sección Amarilla.

Otra vez sin éxito, busqué los libros para mi curso de China. Supongo no eran ni tan raros ni tan usados. A cambio, tal vés en pago a mi perseverancia, encontré ediciones viejas de libros empastados en piel a buen precio. San Antonio tiene algunas de las librerias de viejo más interesantes que conozco. Una de las más conocidas es Cheever Books, especializada en libros raros y usados y que hasta la fecha no cuenta con sitio de Internet. Estas librerías suelen ser casas viejas de madera, tipo tejano o escopeta, levantadas del suelo para evitar inundaciones. Fue ahí donde conseguí ediciones en piel de The Seven Pillards of Wisdom, Leaves of Grasss, David Copperfield y obras selectas de Conan Doyle, por 10, 15 y 20 dólares. Una edición de 1977 del Franklin Center para el "American Revolution Bicenntenial Administration" de obras de Tennesse Williams es lo que me hace mencionar todo ésto.

Cada año en Nueva Orleans se dan cita amantes de la literatura para festejar el Tennessee Willimas Festival . Este año se festeja del 26 al 30 de marzo en el Big Easy. La Ciudad de Nueva Orleans acaba también de anunciar un nuevo plan bibliotecario por 650 millones de dólares por 25 años. El dinero será donado por la Fundación Gates, la Carnegie Corporation y la Pftzer Foundation, entre otros. El hilo conductor del nuevo plan bibliotecario serán las bibliotecas culinárias y de jazz. (ver Times-Picayune, 18 mar)

Me cuesta trabajo imaginar una mejor forma de fomentar la lectura que por medio de la comida y la música. Solo esperemos que tan jugoso plan financiero se libre de la corrupción, tan dañina en proyectos como la Biblioteca Vasconselo de México.

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